Cuando un vehículo se incendia, los retardadores de llama de LANXESS como Disflamoll® o Levagard® dan a las personas el tiempo necesario para salir ilesos.
El motor chasquea y un espeso humo negro sale debajo del capot: cada 13 minutos, alguien en Alemania tiene que parar a un costado de la carretera en esta situación. Para muchos, es un momento de preocupación. Un error técnico menor, como un cortocircuito en el mazo de cables o un escape de aceite que se incendia cuando entra en contacto con partes calientes del automóvil, es suficiente para provocar un incendio. Sin embargo, dependiendo de la intensidad, pueden pasar varios minutos para que todo el coche se vea envuelto en llamas si el fuego continúa propagándose. Este tiempo sirve para que conductores y pasajeros puedan ponerse a salvo, todo gracias a los retardadores de llama químicos en los materiales. Estos retardadores inhiben o retardan los procesos de combustión. Se encuentran en plásticos como los poliuretanos, que los fabricantes utilizan para tapizar asientos, revestimientos de techo, estantes traseros o paneles laterales. Con sus productos Disflamoll® y Levagard®, LANXESS es un socio fiable para estas necesidades.
Estirar el tiempo
Evidencia de esta experiencia se puede encontrar en Leverkusen, Alemania, en medio de CHEMPARK, uno de los parques químicos más grandes de Europa. Aquí es donde CURRENTA prueba la eficacia de los retardadores de incendios de LANXESS bajo supervisión controlada en su laboratorio de tecnología contra incendios. “Los materiales en automóviles y autobuses deben cumplir con ciertos estándares de tecnología contra incendios”, dice Julian Bulk, Supervisor de Laboratorio de CURRENTA Fire Technology. Como ejemplo, se refiere a la tasa de combustión horizontal, una norma (FMVSS 302) que se utiliza en todo el mundo para el interior de los coches y los autobuses. “El objetivo de esto es asegurar que un asiento, por ejemplo, no explote en llamas”. En concreto, esto significa que si el plástico de un asiento es alcanzado por las llamas, el fuego no debe expandirse horizontalmente a un ritmo mayor que 102 milímetros por minuto. Un fuego puede ser provocado por la llama de un encendedor o de un fósforo, o incluso por la ceniza ardiente de un cigarrillo. Bulk: “Los retardadores de llama dan a los conductores y pasajeros suficiente tiempo para salir del vehículo”.
Julian Bulk conoce por experiencia la diferencia que los retardantes de fuego en plástico pueden hacer. Utilizando una amplia gama de métodos de prueba estandarizados, él y sus 18 colegas revisan el comportamiento del fuego en los plásticos cada día. “Los plásticos que probamos están normalmente protegidos con retardantes de llama para cumplir con los requisitos”, explica. Si no lo están, por lo general no pasan la prueba. Una prueba de comparación apoya sus hallazgos. En primer lugar, el probador Mahi Hakiki coloca una lámina de plástico de espuma de poliuretano flexible del tamaño de una hoja de papel, doblada longitudinalmente, en una pequeña cámara de ensayo que simula el interior de un vehículo. El plástico no ha sido tratado con un retardante de llama. Antes de que comience la prueba, Hakiki marca ambos extremos de la hoja con una franja blanca para ayudarlo a determinar la velocidad de combustión más adelante. Luego, enciende una llama y la coloca debajo de la hoja de plástico para simular una fuente de ignición. La muestra de plástico se incendia. Después de 15 segundos, Mahi Hakiki apaga el quemador. Mira el fuego con una expresión concentrada en su rostro. Una vez que la llama alcanza la primera marca en la tira de plástico, comienza a registrar el tiempo. La llama continúa moviéndose, mientras que el plástico quemado gotea. Justo cuando el fuego alcanza la segunda marca, Hakiki detiene el tiempo. La computadora genera el resultado: 106 milímetros por minuto. La muestra ha fallado.
LANXESS hace la diferencia
Entonces es el momento de probar la hoja plástica hecha de espuma de poliuretano flexible con el retardador de llama LANXESS Levagard®. La prueba es idéntica. El probador Mahi Hakiki vuelve a encender una llama. La nueva hoja de plástico también se enciende. Después de 15 segundos, Hakiki apaga el quemador. Los resultados son claros: El fuego se exteingue tan pronto como la llama se apaga, mucho antes de llegar a la primera marca. “Autoextinguible” es el término que Heiko Tebbe, responsable senior de Tecnología de Aplicaciones de la unidad de negocio Rhein Chemie Additives, utiliza para describir el efecto del retardante de fuego. Explica: “Durante el proceso de quema, Levagard® forma una especie de capa protectora de carbono sobre el material. Llamamos a este proceso ‘carbonización’. Evita que el oxígeno y el calor entren en las capas inferiores del material y evita que el fuego se extienda más. Este efecto tiene el potencial de salvar vidas”.
La seguridad primero
Es esencial apagar un incendio lo más rápidamente posible, independientemente de que haya sido causado por un defecto técnico, un accidente o simplemente una breve distracción por parte del conductor o de uno de los pasajeros. Pero como esto no siempre es posible, hoy en día los fabricantes de automóviles están volcándose cada vez más al “efecto autoextinguible” de los retardantes de fuego Disflamoll® y Levagard®, sobre todo porque el efecto va mucho más allá de los requerimientos mínimos de la tasa de combustión horizontal. Para Heiko Tebbe, la razón es clara: “No hay atajos en lo que respecta a la seguridad de las personas”.
Menos toxinas gracias a LANXESS
Junto con sus efectos ignífugos, los productos Disflamoll® y Levagard® también ayudan a LANXESS a apoyar a la industria del automóvil en el camino hacia un futuro sin toxinas y contaminantes. Hoy en día, los consumidores y los legisladores están prestando atención a algo más que las emisiones perjudiciales de los automóviles. Los estándares para el aire dentro de los automóviles también están aumentando constantemente, según explica Heiko Tebbe. La niebla es una de las razones. “El aumento de las temperaturas en un automóvil puede desencadenar la emisión de sustancias que cubren los vidrios como un lubricante, lo que perjudica la capacidad del conductor para ver”, dice Tebbe, describiendo el proceso. “Esto rápidamente nos lleva de nuevo al tema de la seguridad automotriz”, algo que todos los fabricantes buscan garantizar. “Nuestros retardantes de incendios libres de halógenos y de baja emisión son nuestra manera de responder a esta tendencia”. Como resultado, LANXESS está ayudando no sólo a reducir la emisión de sustancias tóxicas en los vehículos, sino también a aumentar la seguridad en el tráfico.
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